Pablo Díaz-Munio: "Esto es una carrera de resistencia que requiere una preparación especial”
Castreño y cántabro, Pablo Díaz-Munío desembarcaba hace unos meses en la que es su primera experiencia como doctor en un equipo de vuelta al mundo: el español Team Telefónica. Con una amplia experiencia en deportes como la vela o la alta montaña, ser el responsable médico de un equipo formado por 40 personas que viajan alrededor del planeta es, sin duda, su último gran reto…
Es usted médico, pero no de los tradicionales. ¿Cómo llegó a especializarse en el área deportiva y cómo llegó a formar parte del Team Telefónica?
Siempre he sido un apasionado del deporte; desde la infancia he practicado de todo pero especialmente tenis y vela. Soy de Castro Urdiales, una villa marinera donde los deportes de mar son accesibles, competía a menudo de forma aficionada; esto motivó que conociera a algunos de los grandes nombres de la vela, como los hermanos Piris. Cuando un lamentable accidente ocurrió a bordo del barco español de entrenamiento para la Copa América del 99, me ofrecieron incorporarme al equipo por reunir un perfil que les faltaba: un médico que supiera de vela y pudiera incorporarse al día a día del equipo. Desde entonces, he enlazado unos proyectos con otros, la mayoría en el campo de la vela profesional pero también un par de ellos en alta montaña y alguno en atletismo. Mi incorporación al Team Telefónica es un capítulo más en esta sucesión de eventos. Esta vez fue a través de Iñigo Losada, preparador físico, con quien he trabajado habitualmente desde ese 1999. He tenido la suerte de compartir trabajo con él en muchos proyectos y estoy encantado de tener una nueva oportunidad. ¡Y se lo agradezco!
Igualmente que los médicos se especializan en determinadas áreas (pediatría, cardiología, traumatología…), ¿podría explicarnos en qué se especializa un médico deportivo?
Existe la especialidad vía MIR de “Medicina del Deporte” pero yo no la tengo; yo estaba haciendo la especialidad en “Accident & Emergency” en Cardiff, País de Gales, cuando me llamaron de la Copa América, de modo que tuve que interrumpir esa formación para incorporarme. Desde entonces, he ido aprendiendo en este campo de la Medicina del Deporte desde dentro.
¿Cómo es el día a día y cuál es la organización del equipo médico en un equipo vueltamundista?
Es un carrusel de viajes para atender a la totalidad del equipo de la mejor manera posible. No debemos olvidar que detrás de ese imponente barco y sus 11 tripulantes, hay una treintena de personas más que se dejan la piel por gestionar sus áreas para que el equipo de mar pueda navegar a tope y tengamos la opción de ganar esta regata. Bien, pues todo ese equipo humano, y muy a menudo sus familias, tienen una serie de necesidades médicas que debemos cubrir con eficacia. El equipo está formado por un preparador físico (Iñigo Losada), un fisioterapeuta (Ramón Peris) y un médico (yo mismo); es un auténtico placer compartir trabajo con ambos, grandes profesionales y entusiastas de su trabajo, por lo que creemos que formamos un gran equipo.
¿Se lleva a bordo del “Telefónica” material médico? De ser así, ¿para qué tipo de situaciones?
A bordo hay dos completos botiquines que han sido diseñados y provistos por la propia organización de la regata; es absolutamente obligatorio llevarlos. Evidentemente, son iguales y pesan lo mismo para todos los equipos. Han sido diseñados por un equipo médico en Inglaterra atendiendo a las muchas experiencias anteriores y he de decir que considero que han hecho un gran trabajo. Lo importante es que, de este modo, sabemos el material de que disponen y nos aseguramos que todos los barcos estén en situación de atender cualquier emergencia a bordo. Este hecho, unido a la también obligatoria formación de dos tripulantes como “paramédicos”, dispensada por la organización, configura un escenario adecuado a la hora de tratar los problemas más comunes o más graves que en esta regata se pudieran dar. Eso sí, todo no se puede cubrir y determinadas emergencias nunca podrán ser tratadas eficazmente dando pantocazos a 25 nudos de velocidad, por lo que para tales casos se organiza una evacuación.
Ya a bordo, ¿quién toma decisiones médicas y qué procesos de selección han tenido que pasar?
Dos tripulantes han sido adiestrados en el manejo de equipo médico: son capaces de poner un suero endovenoso, inyectar una medicación o tapar una caries. Pero, sobre todo, son un buen par de ojos a la hora de valorar los distintos procesos médicos que puedan aparecer; es decir, bien diagnostican los procesos, bien podrán transmitir con eficacia vía Internet los signos y síntomas para que los profesionales médicos podamos echarles una mano a la hora de indicar el tratamiento pertinente.
Si pasa algo grave en una etapa oceánica, ¿cómo lo solucionan?
Lo primero será siempre valorar la situación atendiendo a las circunstancias particulares de ese caso: gravedad, claro, pero también distancia a la costa y tiempo estimado a la hora de una posible evacuación. Lo normal, no obstante, es que un proceso grave sea estabilizado a bordo en la medida de lo posible, a la espera de la evacuación pertinente, donde se le dará el trato médico adecuado.
Desde un punto de vista médico ¿hay diferencias entre regatas Copa América y regatas oceánicas como es la vuelta al mundo?
Diría que muchísimas… La preparación para una regata y otra es muy distinta, incluso el regatista será diferente, sobre todo, en determinados campos. En Copa América las regatas son cortas (un par de horas) pero muy intensas y exigentes; sin embargo, pasada la regata, tendrás todas las comodidades para recuperar fuerzas y poder rendir al 100% al día siguiente. En la Volvo Ocean Race, las regatas son a un ritmo obligatoriamente menos intenso porque son barcos cortos de tripulación y etapas de días: las guardias de cuatro horas, la deshidratación derivada de los pesados trajes de agua, el agua desalinizada, la alimentación liofilizada, la falta de descanso, la acumulación de millas y millas pasando por muy distintos climas y husos horarios… Todo esto conlleva que se trate de una “carrera de resistencia” que requiere tanto una preparación especial como unas atenciones en el día a día también especiales.
Si tuviera que comparar una Volvo Ocean Race con una expedición cómo las que llevaba a cabo Edurne Pasabán, ¿qué diferencias y similitudes destacaría?
Los deportistas profesionales son muy parecidos unos y otros, aunque consideremos disciplinas tan distintas como el Mar y la Montaña. Sin embargo, tienen más puntos en común de lo que parece, sobre todo, en lo referente a su carácter: tanto en el Himalaya como en la vuelta al mundo, hablamos de deportistas con una fortaleza mental extraordinaria. Pero evidentemente, escenarios tan distintos hacen que las diferencias sean muchas; quizá la fundamental sea la disponibilidad de oxígeno: a nivel del mar es máxima pero a 5.000 metros de altura es tan sólo del 50%, y a 8.000 metros es ya del 30%; y, dado que sin oxígeno no podemos vivir, esto hace que, de nuevo, la preparación y el desarrollo de una y otra disciplinas sean particulares y específicos.
¿Cuál sería el próximo reto al que le gustaría hacer frente?
Me encantaría seguir vinculado a esta regata en sus siguientes ediciones, incluso a bordo de algún barco (un sueño que no he podido cumplir). Pero también tengo el gusanillo de la alta montaña, espero poder disfrutar de la oportunidad de compartir expedición de nuevo con Edurne y su equipo. Quién sabe…